martes, 6 de diciembre de 2011

Mis estimados y queridos bichos:

Buenas noches a todos, ¿Cómo están? Espero que bien y “disfrutando” tanto como yo la semana de finales.
Me voy a tomar el tiempo necesario para escribir esto luego de leer todos y cada uno de los comentarios publicados este día en el grupo. Entiendo perfectamente el significado del término “libertad de expresión” pero por favor, no abusemos de eso!!!! Recuerden que los derechos de cada quién terminan donde empiezan los de las demás personas.
No voy a opinar al respecto de lo sucedido el día de hoy, pues ya expresé a quienes debía lo que yo tenía que comentar.
Pero quiero pedirles a las 53 personas que conforman el resto de este grupo que por favor reflexionen un par de cosas antes de dormir:
  1. ¿De quién fue la decisión de lo que sucedió hoy?  Frase a reflexionar: Donde manda capitán no manda marinero.
  2. ¿Podemos resolver algo con estarnos quejando? ¿vale la pena desahogarnos de la forma en que lo estamos realizando? Frase a reflexionar: Cada quién cosecha lo que siembra.
  3. ¿Vale la pena que botemos a la basura la unión de grupo que tanto nos costo conseguir? ¿Les parece poco todo lo que vivimos? Frase a reflexionar: El que encuentra un amigo encuentra un tesoro.
  4. Absolutamente todos fuimos responsables del tema de las guías ¿Podemos comportarnos de forma civilizada y aceptar el enorme error que cometimos? Frase a reflexionar: Es de humanos aceptar nuestros propios errores.
  5. Juntos nos enlodamos, corrimos, comimos manzanas a mordiscos, jugamos con globos de agua tal cual niños chiquitos, corrimos maratones locas, nos llenamos de liquido apestoso, “esquiamos” en la ladera y otro montón de cosas ¿las dejaremos simplemente como “anécdotas” pasadas y no continuaremos siendo amigos?
  6. Y por último, pido un poquito de respeto para todos y cada uno de los bichos… creo q es importante recordar que todos somos seres humanos, que todos tenemos sentimientos y somos sensibles a las palabras, por favor cuidemos el sentido que les damos a las palabras, esa es una de las armas más peligrosas con las que podemos hacer daño a los demás.

A pesar de todo lo ocurrido hoy, fue un ciclo maravilloso y me divertí en grande con todos ustedes, yo aún sigo creyendo en q conseguí crear y reforzar lazos con 53 grandes personas con quienes espero seguir llevando al menos una que otra materia juntos y más adelante tratarlos como gerentes de multinacionales, dueños de empresas, políticos de alto rango y cualquier otro cargo o profesión con el que cada uno de ustedes este planeando alcanzar. Si esta materia a menos de medio ciclo logró unirnos, no dejemos que la misma tonta materia rompa la amistad entre nosotros.

sábado, 15 de octubre de 2011

Valores escritos en oro

El pasado miércoles se inició sobre el territorio salvadoreño una intensa actividad lluviosa que esta afectando seriamente a cientos de mis hermanos en todo sentido, pérdida de viviendas, cultivos con los que logran sus ingresos y con los que subsisten sus familias, pérdida de ganado y de mascotas; y otras cosas no tangibles pero tan importantes como la fe, la esperanza y la paz en sus almas.


Como muchos jóvenes, yo también soy fanática de las comunicaciones a través de las redes sociales, especialmente de Twitter, red que como muchos de nosotros, utilizo como psicólogo, psicoanalista, diario personal y hasta canal de desahogo cuando siento literalmente "que la mente me va a estallar". Desde mi punto de vista eso esta bien siempre y cuando no lastime las creencias de otros y por lo tanto tampoco los valores que cada uno ha decidido tallar en oro de 36 kilates.


El día de ayer encontré en esta red social un comentario bastante ofensivo y con el sello de cobardía e ignorancia por todas partes que hacía mención a la situación de emergencia que les comentaba al inicio. Por supuesto que no lo voy a copiar aquí, porque no se trata de iniciar una discusión de opiniones ni criticar a la persona que lo hizo, al fin y al cabo para eso esta el mal utilizado término de la libertad de expresión y me parece más útil un comentario con fines constructivos para mis conocidos en general que uno destructivo para él o ella. 


Precisamente en Twitter tuve la ¿suerte? de encontrar un comentario constructivo que tomaré prestado para esta composición: "Mira hacia atrás y sé agradecido, mira hacia adelante y ten esperanza, mirar alrededor y sé útil."


El país esta en medio de una crisis enorme como para que nos quedemos con los brazos cruzados frente al televisor y diciendo que lamentamos la suerte de las personas afectadas. Yo soy voluntaria de una fundación sin fines de lucro, pero si a ustedes no les llama la atención eso, pueden trabajar en conjunto con muchas empresas privadas que también han decidido ayudar, es en momentos difíciles donde sale a relucir la calidad de personas que en realidad somos, no lo que decimos ser.


A las personas que solo se limitan a criticar en lugar de ayudar les dedico esa frase. Miren atrás y vean la cantidad de bendiciones que han recibido... pues seguramente si han podido twittear esas frases sin destinatario (lo cual hace más grande el acto de cobardía), es porque tienen una casa donde resguardarse, un plato de comida del que alimentarse, dinero como para pagar la energía eléctrica para utilizar el aparato a través del cual se comunican y una cama donde reposar durante las noches. Miren hacia adelante y tengan esperanza de que las cosas para ustedes y para los demás pueden ser mejores, todo es cuestión de trabajar por las oportunidades y sueños que cada uno posee. Y por último mira a tu alrededor y ten el valor de empezar a ser útil con tu vida.


Por último pido respeto por esos valores escritos en oro, porque son esas personas quienes tienen la voluntad  de hacer algo cuando las cosas van mal, la convicción de hacer las cosas sin esperar nada a cambio más que la satisfacción de poder utilizar como creen correcto los recursos con los que pueden colaborar: sea dinero, víveres, alimentos, tiempo, disposición al trabajo en equipo, etcétera.


Todos somos salvadoreños, queramos o no lo llevamos escrito en la sangre. Y como la sangre llama a la sangre, es nuestro deber ayudar de cualquier forma a nuestros hermanos, porque en este pequeño pulgarcito vivimos 6 millones de hermanos, ¡que se sienta! Buenos días a todos y bendiciones.

domingo, 19 de junio de 2011

Carta a mis amigos

En un punto opuesto, algo que es imprescindible para mí es la capacidad de escuchar. Dejaré que quienes me conocen opinen sobre mi en ese aspecto. Pero considero esto como algo tan vital, el reducido numero de amigos que conforman ese grupo han probado esa habilidad conmigo, y es que yo puedo lograr toda la paciencia del mundo para escuchar en silencio y sin juzgar, pero pocos tienen esa paciencia conmigo, aprecio tanto a quienes saben cuando tengo algo importante que decir, que tienen paciencia de escucharme y la bondad de aconsejarme según lo consideren mejor. Infinitas gracias por eso, aunque a veces no espero un consejo, solo la oportunidad de descargar mis emociones, mis sentimientos, mis pensamientos, mis pesares o mis alegrías... un oportuno silencio, una mirada comprensiva o una sonrisa cálida es todo lo que pido a cambio.

No tengo ni la menor idea que hora de desmadrugada será, y realmente no importa. Es posible que a causa de eso, esta composición no cumpla con todas las reglas gramaticales y de estilo que deba comprender, pero a veces la perfección la dan los sentimientos que se intentan expresar. Las disculpas de antemano.

Teniendo un "momento filosófico" conmigo misma, pensaba en el significado de una de las palabras más importantes que le dan sentido a mi vida: Amistad. No me nace escribir las mismas rayadas lineas sobre la importancia de la amistad como un valor y como parte importante en la vidad de todo ser humano. Para eso esta el colegio.


Me considero una persona por naturaleza fuertemente sociable, que le gusta conocer personas y mantener amistades en cualquier parte del planeta. Pero esta noche me he puesto a reflexionar que entre los miles de conocidos que tengo, mi grupo de amigos se reduce a un número tan pequeño que probablemente me basten los dedos de las manos para enumerarlos.


Hay cosas tan importantes a la hora de escoger un amigo, que no se puede tomar a la ligera... no pido demasiado, pero si lo básico como para lograr una amistad de muchisimos años, sino es que para toda la vida. También hay cosas que no me interesan en lo mínimo, pues no aportan mayor cosa al valor verdadero que todos tenemos como seres humanos que somos.

Una de las primeras cosas que no me resultan relevantes para una amistad es el aspecto físico, tengo amigos altos, chaparritos, gorditos y flacos, morenos y chelitos, de ojos café, verde, azul, pardos y negros. Eso no hace más o menos a una persona. Comprobado.

Tampoco me dejo llevar por apariencias o estereotipos. A una persona no se le puede conocer realmente por la imagen que proyecta en lo que acostumbramos llamar "primera impresión" darme cuenta de eso y tomarme el tiempo necesario para conocerlos me ha traido una satisfacción enorme. Me resulta tan gracioso que por apariencia tengo amigos que no encajarían con el "prototipo" de amigos que las personas creen que tengo por mi forma de ser, de actuar o por mi apariencia.


Otro aspecto importante... la facilidad para provocar sonrisas. Generalmente es más sencillo de lograr, el reto esta en hacerlo cuando recientemente hubo lágrimas o enojos. No es difícil cuando me conocen un poquito.


Hay amigos que se han ganado mi cariño y mi respeto. Por ellos daría la vida bajo cualquier circunstancia. Pero... (claro, también tenía que existir un "pero") tener ese punto en su favor, acarrea la responsabilidad de cuidar aún más la amistad, cuando alguien permite que yo le pierda la confianza, recuperarla es una tarea de titanes.


Algo de lo que podría permitirme enorgullecerme, es de la diferencias entre mis amigos. Ninguno es igual al otro, lo cual me permite aprender tantas cosas diferentes de cada uno, un excelente ejercicio para crecer como persona, pues sé perfectamente que no soy "monedita de oro" como para agradar absolutamente a todas las personas que me rodean, pero puedo decir con alegría que tengo amigos tan parecidos a mí, como personalidades totalmente opuestas a la mía. Eso enriquece mi capacidad de ser feliz, pues puedo compartir con algunos toda clases de gustos y con otros puedo tener los debates más interesantes sobre cualquier tema, de todos aprendo algo nuevo todos los días.


Hay tantas cosas que permiten que una amistad dure para siempre, enumerarlas todas me llevaría media vida, así que compartiré el mensaje con los amigos a quienes va dirigida esta composición. Los aprecio y los quiero, lo digo de corazón.

viernes, 17 de junio de 2011

Noche de estrellas


Faltan unos minutos para la media noche según el reloj que acabo de quitar de mi muñeca. Estoy en la cómoda oscuridad de mi habitación, sentada junto a la ventana, frente a la pc donde suena una de mis canciones favoritas de Ricardo Arjona. Bar.

Espero algún día tener la voluntad de expresar las emociones que tanto melodía como letras suelen producir en mi alma. Pero no esta noche, por favor.

Allá afuera, en la delicada oscuridad con que la noche envuelve cada árbol, cada faro y cada casa, me permito apartar la mirada de lo que escribo para observar el firmamento, que estrellado de pequeños y hermosos luceros, me invita a pensar en ti, a susurrarle al viento lo mucho que te quiero con la esperanza que talvez, el considere ser mi aliado, al menos esta noche y llevar entre sus alas mis palabras hasta el lecho donde duermes plácidamente y deje mi recado sobre tu almohada… solo para que pienses en mí.

Si el viento se convierte en mi aliado, aprovecharé mi suerte y pediré solo un favor más. Un último recado y no vuelvo a importunarlo. Desde hace poco soy consiente que teniéndote lejos de mí, son pocas cosas las que podemos compartir, pero eso no importa. Nos queda una cosa más, algo que solo compartiría contigo, por que sabes comprender el significado de tal idea. No importa cuán lejos nos encontremos, siempre compartiremos el mismo cielo, podremos ver las estrellas. Si alguna vez piensas en mí, acércate a la ventana y obsérvalas. Sé que sonreirás al saber que probablemente yo me encuentro haciendo lo mismo, mientras pienso en ti. Las estrellas siempre serán nuestras, no lo olvides.

Las estrellas juegan a las escondidillas, tras las sombrías nubecitas que divagan por todo el firmamento, amenazando con una refrescante lluvia de madrugada. Pero para mi desconsuelo… eso devuelve mis pensamientos a la realidad, a admitir con certeza lo mucho que te extraño.

martes, 19 de abril de 2011

El túnel de las orquídeas (En retrospectiva 1.1)

Han pasado veintidós años desde la última vez que estuve en este lugar. Mis padres aún estaban vivos, yo aún era una niña preocupada solo por sus juegos inocentes que vivía feliz en un mundo lleno de muñecas traídas hasta de los más recónditos lugares del mundo.

Vivíamos en esta adorable casa de mis ancestros, el casco de una desaparecida hacienda cafetalera. La portezuela de entrada me recuerda mucho a los cuentos de Hans Christian Andersen que solía contarme el abuelo, elaborada completamente con madera de un viejo pino que cayó luego de una de las primeras tormentas invernales del año en que yo nací. El dintel de la portezuela tiene tallado un Conacaste, según mi padre mandado a tallar por el abuelo, como un detalle para la abuela que añoraba el árbol de juegos de su infancia.

Al subir un par de escalones de piedra esta la casa, mi casa... que aún conserva la magia de la intemporalidad, a pesar de los años de soledad al que la sometimos, el fiel portero hizo su trabajo durante todo este tiempo, sin esperar nada a cambio.

El piso de los corredores se encuentra pulcro y lustroso como exigieron cada uno de los señores que tuvo esta casa en el paso de una generación a otra. Las luces tenues de la elegante sala principal, los muebles de cafeto, los cristales del ventanal, los candelabros de las mesas, todo esta intacto. Encuentro un grupo de fotografías que no recordaba en la mesa de cristal más próxima al ventanal, la foto de bodas de mis abuelos y la de mis padres también me provocan una sensación fuerte de tristeza y vacío pues últimamente siento con fuerza la realidad de ser el último miembro de esta estirpe.

De repente, la misma tristeza me produce una sensación de ahogo, recorreré el resto de la casa después, necesito salir de aquí. Cómo no me interesa ni que el portero me vea en estas condiciones, debo ocupar toda mi voluntad para reprimir las lágrimas mientras me alejo por la antigua carretera que lleva a los patios donde se asolea el café.


Un poco antes de llegar a la casa del administrador, encuentro el jardín de bastones del emperador dónde paseábamos con mi madre, mientras mi hermana nos observaba sentada a la sombra de un árbol cercano. Busqué ese lugar y me senté a descargar mis emociones... ¡habían pasado tantas cosas desde entonces! Mis abuelos habían muerto antes de irnos, pero poco tiempo después mis padres habían perecido en un accidente aéreo cuando viajaban a visitar a mi hermana recién graduada de una prestigiosa escuela naval. Recuerdo que no pude asistir por encontrarme tan delicada de salud  por culpa de una pulmonía por el trabajo invernal, que el médico de la familia me había prohibido salir incluso del pueblo.


Mi hermana menor no pudo superar la tristeza de la situación, por lo que me escribió para avisarme que se había enlistado como voluntaria médica para asistir a los heridos de una guerra en medio Oriente. Recuerdo que el corazón me dio un vuelco de pánico al leer aquellas líneas donde era perceptible la rabia y la culpabilidad por la muerte de nuestros padres debido a la visita que planeaban hacerle. Me preocupé por la vida de mi hermana tanto como mi salud me lo permitió, pero tuve que hacerme la idea que pensara lo que pensara, no había forma de disuadir a mi hermana de su decisión, además no tenía un medio de comunicación tan eficaz como para comunicarme con ella antes que partiera.

Mantuve poca comunicación con ella, debido tanto a nuestras circunstancias, a la distancia física que nos separaba, como al endurecimiento de su corazón después de aquella pérdida y supongo que al igual por las difíciles condiciones que solo puede entender aquella persona que ha vivido en carne y alma las atrocidades de un frente de batalla. Poco a poco dejaron de expresarse cualquier tipo de sentimientos entre nuestras líneas y nuestra comunicación se limitó a la frialdad de expresión del desarrollo del patrimonio familliar y a las narraciones de terror de aquellas lejanas tierras.

Entre lágrimas de recuerdo me quedé medio dormida, me levante poco antes del atardecer y continué caminando, terminaré de comentar los detalles de la propiedad en otro momento pues acabo de llegar al túnel de orquídeas que me trae de regreso a casa, y que mágicamente me transportaría de regreso al pasado, de una manera tan real que hasta podría tocarlo. Cuando recuperé el aliento, continuaré este relato.

martes, 12 de abril de 2011

La ninfa del tino


Había una vez una princesa malcriada. Tenía un gran sueño y era poder volar. Un día creyó que era el momento, así que subió a la torre más alta del palacio y se dejo caer. Por un instante creyó que volaba, pero después de un rato, se dio cuenta que estaba delirando. Sorpresa la que se llevo, no tenía alas. No había príncipe encantado que la rescatara y su muerte ya estaba anunciada. Pactado estaba su destino, con Hades había sido vendido. Mala suerte, un engaño y un alago, la hizo caer en el más profundo de los abismos. Y vivió infeliz para siempre. Llevar me al otro lado de la vida, es ahora su misión. Sin amor su fin nunca llego. Sólo espera pacientemente poder ser mi guía, en la oscuridad del camino hacia un nuevo comienzo. Lejos del dolor y la vanidad su magia está. Oh muerte querida, dame un minuto más.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Oscura tiniebla

Me encuentro frente a un paisaje casi idéntico al de la fotografía, el problema es que no tengo conciencia de cómo y cuándo llegue a este lugar, mucho menos sé en dónde me encuentro. Me siento completamente desorientada y confusa.

El clima esta realmente húmedo, además de muy frío... este se cala hasta mis huesos despiadadamente y me obliga a tiritar sin control, tampoco puedo saber que hora es pues me encuentro en penumbras, el cielo esta completamente cubierto por una densa tiniebla que apenas me permite ver un par de metros a mi alrededor.

Tengo que buscar algún lugar dónde refugiarme aún cuando es poco probable que alguien habite este lugar, pues a pesar que me encuentro frente a un puente; que la oscura tiniebla me hace creer que no tiene final, este luce viejo, quebradizo y muy frágil. Supongo que el puente me tiene que llevar a algún lugar y que tengo que atreverme a cruzarle aún cuando tengo una cruel corazonada que podría dañarse y dejarme caer al gélido río que me arrastraría quién sabe hasta donde, dejándome con aún menos posibilidades de sobrevivir.

Cuando por fin me atrevo a cruzarle... apenas he puesto un pie sobre las tablas del puente y estas crujen de una manera estremecedora pero debo ser valiente, el término valentía debo repetírmelo demasiadas veces para ver si eso me convence de hacer lo que creo que debería. Al dar el segundo paso un punzante dolor me obliga a detenerme e instintivamente buscar la causa del dolor en mi pie. La astilla que acaba de herirme no es lo que en realidad me alerta, sino que recién me doy cuenta que estoy descalza ¿qué tendría yo que estar haciendo en un tenebroso lugar como ese cubierto de oscura y fría niebla? ¿Por que no soy capaz de recordar que sucedió un momento antes de que tuviera conciencia de esto?

Poco a poco me voy dando cuenta que las cosas son cada vez más difíciles de comprender, pues cuando levanté mi pie para intentar quitarle la astilla, percibí un agudo dolor en la parte baja del vientre. El dolor se hace más agudo con solo tocar el vientre, involuntariamente pongo mis manos, pero en cuanto bajo la vista para ver que me sucede, me doy cuenta que el dolor se debe a que estoy sangrando. Si, sangrando...

Ya no soy capaz de controlarme, las ideas sobre lo que esta sucediendo se confunden con las incoherentes teorías sobre cómo me encuentro en estas condiciones, la neblina me oprime el pecho. El silencio, apenas roto por el murmullo del río, empieza a abrumarme y ha de enrarecer aún más el ambiente. Sin medir las consecuencias, decido cruzar el puente a toda velocidad esperando que en el mejor de los casos pueda encontrar a alguien que me atienda.

Por supuesto ya imaginaran que esta fue la peor decisión que pude tomar, tal y como me lo había dictado aquella cruel corazonada, el puente crujió con fuerza, cediendo a la presión repentina a la que lo sometí. Caí directamente al álgido río el cual en lugar de arrastrarme entre sus rápidas corrientes, me obligó a hundirme en una especie de remolino interno provocado por la posición de algunas piedras. Estoy luchando por salir del fondo, por tomar al menos una bocanada de oxígeno que ayude a mis debilitados músculos a luchar, la pelea contra corriente cada vez es más difícil por que el oxígeno rápido se quema en mis esfuerzos de supervivencia y aunque trato de impedirlo, no puedo evitar el instinto de abrir la boca en busca del inexistente aire en ese lugar donde me encuentro atrapada. Apenas estoy consciente, pero aún logro ver las ultimas burbujas de aire que se escapan de mis pulmones agotados. Después de eso solo hay completa oscuridad y una horrible sensación de caer al vacío.

¿Pero como puedo estar cayendo al vacío? ¿No se supone que debería estar muerta? ¿Será que pasaré consciente la penosa travesía hacía el más allá? Pero sí muchos describen el camino hacia la luz como algo que se encuentra en la altura ¿Dónde esta la luz? ¿Por qué sigo sintiendo que caigo? ¿Será que mi destino final es otro?

Acabo de golpearme la cabeza y la sensación de caída ha pasado ¿Qué encontraré al abrir los ojos? ¿Será que soy capaz de enfrentar mi nueva realidad? Como no hay otra manera de averiguarlo, abro despacio los ojos con la idea que puedo encontrarme en un mundo incomprensible del que seguramente no podré sacar una conclusión coherente... esperen... ¡este lugar no es el infierno! ¡este lugar es mi habitación! estoy en el suelo de mi habitación, todo ha sido un maldito sueño. Uno de esos que no había tenido en años, uno de esos que vuelven invisible la linea de diferencia entre la fantasía y la realidad. Quiero llorar de la rabia por el mal momento que me ha hecho pasar mi propia imaginación y al mismo tiempo llorar del alivio de saber que sigo viva y que todo eso fue tan solo una maldita pesadilla.

lunes, 28 de marzo de 2011

El Pianista

Desde hace tiempo he tenido el gusto de interesarme por la cultura teatral de algunas ciudades emblemas del mundo. Esta noche les contaré por qué. 

El Carnegie Hall de la ciudad de Nueva York es precisamente una de las salas de conciertos más hermosas que habría podido imaginar en sueños, no solo por su arquitectura y diseño, sino también porque ha sido espectador atento y silencioso, que ha tenido el gusto de apreciar a grandes músicos e intérpretes que han pasado por su escenario.

El día que tuve la oportunidad de conocerlo, la ciudad se encontraba bajo la influencia de un frío clima, creo que nevará pronto. Aún así las calles de la ciudad se encuentran tan atestadas de personas y carros como si estuviésemos en pleno verano. Pero pronto el cielo se oscurece y espero que me de tiempo de llegar al hotel donde me hospedo sin mojarme.

Para mi mala suerte, me encuentro en la Séptima Avenida, a unas dos manzanas de mi destino cuando una lluvia de granizo paraliza un poco el ritmo de la ciudad. Como no es seguro seguir caminando bajo esas condiciones, decidí refugiarme en este precioso lugar. Así medio empapada decidí entrar a buscar un poco de abrigo, además aprovecho el tiempo y conozco un poco la historia de esta hermosa construcción.

Cuando llegué a la puerta del Auditorio Isaac Stern, me di cuenta que este era realmente el más grande de los tres que componen el Hall. De igual manera el más bello, con su sala llena de butacas rojo oscuro, un techo surcado por luces formando círculos concéntricos y un bello escenario en donde debía dar gusto presentar alguna obra de teatro.

En el centro del escenario se encontraba el más bello piano de cola que yo había tenido la oportunidad de ver, negro y brillante aún cuando el lugar no se encontraba iluminado en todo su esplendor. Sentado estaba un caballero que practicaba con mucho afán, como si se estuviese preparando para el recital de su vida. He de suponer que su concentración era tan grande que ni se dio cuenta de mi presencia, a pesar de haberme sentado en la tercera o cuarta fila para poder apreciar aquella magistral interpretación.

Una de las últimas melodías me llamó mucho la atención, pero por más que me esforzaba no podía recordar en dónde la había escuchado antes, de lo único que era capaz de sentir eran aquellas notas que estremecían mi alma, en algún momento una lágrima de tristeza recorrió mi mejilla pues me sentía impotente ante la mala jugada que me estaba haciendo la memoria, quizás por eso y por el dramático final de aquella melodía, no fui capaz de reprimir los aplausos al finalizar aquella interpretación.

Aquel caballero claramente creyó que se encontraba solo, ya que se sobresaltó al notar la presencia de otra persona en el recinto. Con un marcado tono de ansiedad en su ronca voz preguntó al aire:
- ¿Quién está allí? ¿Quién le autorizó la entrada?
- Disculpe usted, no quise molestarlo, la puerta estaba abierta y yo estaba conociendo el lugar -respondí asustada por tan áspero comentario -Sus interpretaciones han sido hermosas, pase una linda tarde.
- Madame... disculpe mi falta de educación -su voz seguía sonando áspera, pero se notaba que estaba tratando de ser educado -Si usted gusta puede quedarse a escuchar.
-He de aceptar con gusto su invitación si disculpa mi intromisión, no he querido interrumpir vuestra interpretación.

Volvió a sentarse frente al piano y yo en la butaca en que me encontraba. Un par de melodías hicieron que mis lágrimas rodaran sin control, ya que muchas traían recuerdos de momentos importantes de mi vida demasiado extensos para mencionarlos en este momento. Una de mis interpretaciones favoritas, Tennesse de Hans Zimmer, me recordó una de las películas más conmovedoras que he visto, Pearl Harbor.

Aquella dramática melodía fue la última que interpretó antes de cerrar el piano y quedarse un momento sentado y en completo silencio. Sin saber muy bien que hacer, decidí levantarme y despedirme pues sentía que ya había interrumpido demasiado en aquel lugar.
- Esperé... aún me siento culpable por el mal momento que le hice sentir. ¿Sería usted tan amable de acompañarme a tomar un café?
Dudé por un momento antes de pensar que nada tenía que perder, así que acepté.
-Entonces ¿me podría hacer el favor de subir al escenario, me resulta más sencillo salir por la parte de atrás.

Así lo hice, luego me mostró la salida y cuando nos encontramos en la calle, me di cuenta que aquella tormenta había terminado hace buen rato, a pesar del cielo que aún se mostraba bastante sombrío. Caminamos hasta un Starbucks a unas dos cuadras de distancia.

Mi sorpresa fue ver salir al caballero con un bastón en la mano, en ningún momento había sospechado que no podía ver. Luego de desdoblar el bastón me explicó que no era ciego de nacimiento, sino que un cáncer le había ido quitando progresivamente la vista.
-Ahora aún logro distinguir sombras y he aprendido a reconocer con otros sentidos el lugar donde me encuentro, por eso no me has visto utilizando este molesto aparato en el teatro, he memorizado cada rincón.
- ¿Puedo preguntarte desde hace cuanto tiempo has debido aprender a lidiar con eso?
- Es una historia triste, hace unos ocho años perdí en un trágico accidente a mi esposa y a mi hijo de dos años. Tanto ha sido mi desconsuelo desde entonces que mi cuerpo ha reflejado ese dolor en un cáncer que poco a poco me nubla la vista.
- Entonces la música se vuelve una especie de refugio para enfrentar la realidad...
- Exactamente, pero me he vuelto demasiado temperamental, a veces no logro controlar mis cambios de humor, ya lo has apreciado hace rato...
- No fue mi intención interrumpirlo, solo me emocionó su interpretación, a pesar de no ser capaz de recordar el nombre de la melodía ni el lugar donde la he escuchado antes.
- No se donde has escuchado la melodía pero si puedo decirte que pertenece a Amadeus Mozart, Piano Concerto No.21

Como un golpe a la memoria recordé donde había escuchado aquella melodía. La interpretaba el profesor que tuvo la paciencia de enseñarme a tocar piano, el fue un pianista brillante, al igual que el que me acompañaba a tomar un reconfortante café en este momento. Es una lastima que yo no fuera la alumna más perseverante, pero hoy me arrepiento de no haber sido disciplinada, pues recuerdo que Don Manuel creía firmemente que yo podía brillar en grandes escenarios alrededor del mundo. Es un recuerdo agridulce para la memoria.

Desde entonces asisto regularmente a las presentaciones y conciertos en aquel mágico lugar aún después de la muerte de mi recordado amigo el pianista. Y aún trato de saber que fue de mi profesor de infancia, Don Manuel... aunque creo que es una ilusión difícil de cumplir, no pierdo las esperanzas.

jueves, 24 de marzo de 2011

Momentos de sencilla felicidad

Sentada aquí frente a mi computadora, converso con alguien que a pesar de la distancia física que nos separa esta noche, me doy cuenta de la semejanza de puntos de vista en cuanto a la búsqueda de felicidad en la vida se refiere. Platicando acerca del tema, se me vino a la mente uno de esos momentos, el cuál describiré a continuación.

Si he de ser sincera, nunca me han gustado los grandes aguaceros propios de ciertas épocas del año, en especial si no quiero mojarme, aún así, me alegra pensar en que entre más copiosa es la lluvia, más bello será el arco iris después de que esta cese. 

Esa mañana había amanecido lloviendo con bastante fuerza, recuerdo que en la agitación de llegar a tiempo a mi clase de las 6.30 a.m. detesté tener que ir sorteando charco tras charco no solo para evitar mojarme, sino también  por el peligro de caer en algún  agujero del sistema que registra el paso del agua potable hacia las viviendas de esa calle, muchos de los cuales se encuentran sin la debida tapadera. Me resultaba bastante molesto y creí que hasta podría llegar tarde a mi destino si no me daba prisa. Poco tiempo después, las nubes dieron paso a un hermoso y limpio cielo celeste surcado por los radiantes rayos de sol.
Cuando venía caminando de regreso a casa, los charcos habían desaparecido casi por completo y de hecho hasta soplaba una agradable brisa, de esas que han de agradar como compañía por que silban cuando pasan junto a ti. Caminaba junto al parque y mientras me aproximaba a uno de esos agujeros antes mencionados, una pequeña paloma aterrizó de lo que imagino que había sido un vuelo exhausto en contra del viento y se acercó despacio hacia el agujero aún inundado de la lluvia de unas horas antes. Me dio compasión aquel pequeño animalito y creí que era mejor no asustarlo así que disminuí la velocidad de mis pasos, cual fue mi sorpresa al ver que aquel hoyo inundado que había maldecido un par de horas antes por que representaba un posible daño para mí, ahora servía como oasis al pajarito, el cual luego de un par de sorbos, decidió utilizarlo como un "jacuzzi" a su medida y tomar un refrescante baño sin importarle absolutamente nada del mundo a su alrededor.

Vivo en una zona donde abunda fauna poco común y muchas veces tengo oportunidad de encontrarme con un par de alegres ardillas que juegan y corren sobre el alambrado público o alrededor de los arboles. Casualmente ese día también tuve la oportunidad de encontrarme con una... tengo la sensación de que este otro animalito también percibió lo mismo que yo sobre el pájaro, por que estoy segura que en medio de sus juegos y carreras, se detuvo una fracción de segundos a observar el momento de calma del pajarito, antes de seguir en "su mundo"

Moraleja de ese día: La naturaleza es sencillamente tan perfecta que me dio ese momento para reflexionar acerca de lo que tal vez para mí no es importante, e incluso es molesto, es fuente de vida y satisfacción para otros seres vivos. También me di cuenta que lo que hizo feliz al pajarito en ese momento fue el agua, no las condiciones ni la presentación del objeto que la contenía... no importan los adornos y lujos de esta vida, si no somos capaces de encontrar la esencia de los elementos más simples que nos harán ser más felices.

martes, 22 de marzo de 2011

Atardecer en Granada

Hace un par de meses, me encontraba cansada de la rutina de mi vida, de los problemas cotidianos que últimamente me dejaban un sabor cada vez más amargo que de costumbre. Me sentía prisionera de mi propia vida y por primera vez contemplé la imperante necesidad de huir de mi vida diaria.

Casi sin pensar decidí que debía irme de viaje, pero era importante que mi única compañía fuese mi soledad, no soportaría sentir ninguna atadura como las que me asfixiaban cada día, por lo tanto no había espacio para otro tipo de compañeros. Arreglé mis cosas lo mejor que pude, tratando de convencerme que todo caminaría bien durante mi ausencia. Así que cuando sentí suficiente confianza como para no preocuparme, tomé una mochila y deposité las cosas esenciales para unos diez días; tenía que ser realista, no podría dejar mis responsabilidades por mucho tiempo sin preocuparme. Eso sí, en la mesa de noche de mi habitación quedaron mis teléfonos, mi laptop, mi iPod y todo objeto que pudiera estropear mi escapada de la realidad.

Salí de casa, tomé un taxi y le pedí que me llevara a la terminal de autobuses. Al llegar allí, un vivaz muchacho vociferaba algunos de los posibles destinos. Aún no puedo asegurar porque me llamó la atención subir a un bus que partía hacia Nicaragua, pero decidí que salir de las fronteras del país, era exactamente lo que yo buscaba, romper con mis propios paradigmas.

Subí a aquel lustroso autobús celeste y me acomodé en una línea vacía de asientos. Me senté junto a la ventana y coloqué mi mochila en el otro, como si en realidad estuviese esperando a alguien más. Con un poco de suerte, el autobús partió sin esperar a que todos sus asientos fuesen ocupados.

El viaje fue largo y sin más escalas que las necesarias en cada frontera, creo que al final fueron un poco más de ocho horas, aunque no podría estar segura por dos motivos importantes: El primero, dormí durante mucho tiempo y segundo, recordé que mi reloj había quedado en mi mesa de noche, olvidado sin intención.

El destino final era una hermosa ciudad colonial, Granada. No podía estar más feliz con mi decisión, ya que tendría tiempo para hacer turismo cultural. Cuando llegué calculo que eran alrededor de las cuatro de la tarde; al bajar del autobús tomé un carruaje tirado por dos caballos de color café oscuro. Pedí al conductor que me mostrara algunos hostales de la ciudad que estuvieran cerca de los lugares turísticos más importantes.

Me mostró dos, pero uno de ellos me dejó encantada. Se llamaba hostal Oasis, y según entendí, nos encontrábamos a unas cuadras del Parque Central. Pagué al cochero y entré a registrarme. Apenas me instalé en la habitación decidí tomar mi cámara, mi cuaderno y mi lápiz pues quería dar una vuelta por los alrededores antes del atardecer. Pregunté en recepción la manera de llegar a algunos lugares de los que había escuchado o leído en algún momento de mi vida. Con mucha amabilidad me explicaron y luego me desearon un placentero viaje, recordándome que a partir de las siete yo podía  tomar mi cena, sonreí y me despedí.

Caminé apenas un par de minutos maravillada por la belleza del empedrado, de las lámparas, de la colorida arquitectura, la plaza de la Independencia cuando llegué a la catedral de la ciudad. Fotografié la fachada y entré. Di las gracias por un buen viaje y me detuve a observar los detalles arquitectónicos. Minutos más tarde salí y caminé de regreso a la plaza.


Caminé y tomé un par de fotografías a un grupo de niños jugando y riendo alegremente, a una pareja de amorosos ancianos sentados en una banca mientras observaban el atardecer y esperaban las estrellas, a un perro de pelaje completamente blanco que dormía plácidamente en forma de ovillo. Llamó mi atención un grupo de bohemios que vendían suvenires, me detuve a observar sin mayor interés hasta que un collar llamó mi atención, el dije era una piedra ámbar con un hermoso tallado; uno de los vendedores se dio cuenta de mi interés por el objeto. Lo tomó y me lo mostró a contraluz, allí me di cuenta que en el interior de aquella piedra había quedado fosilizada una hormiga que cargaba un pequeño objeto, una piedra quizás.
         -Este dije simboliza la fuerza del espíritu
         -¿En qué forma?
         -La hormiga es la única capaz de levantar objetos mucho más pesados que ella y transportarlos por grandes distancias solo para tener la certeza que durante el invierno de su vida, tendrá calidez a su alrededor y la posibilidad de sobrevivir.

Compré el collar y regresé al hostal, pedí mi cena, una copa de vino, un pedazo de un dulce pastel de chocolate y aún estoy aquí sentada junto a la piscina, escribiendo esta historia y esperando a ver que tiene preparado para mí el día de mañana…

viernes, 18 de marzo de 2011

Se fue...

Mi corazón esta herido,
tus palabras laceraron mi pensamientos,
tus ojos me penetraron el alma
y tus lágrimas inundaron mi razón.

Ahora estoy cubierta por tu frialdad.
Los escombros de un sentimiento no correspondido,
quiebran mis sueños en millones de cristales filosos
que tus manos de cielo,
jamás podrán volver a tocar.

Te he buscado en mi silencio,
pero por algún motivo tu melodía se ha apagado.
He intentado encender tu pasión
pero mi fuego no ha sido suficiente.

El príncipe de ayer no está
Y la bruja de hoy no desea encontrarlo.
Sus pócimas están perdidas,
no hay más conjuros en su libro,
sólo le queda un sinsabor en sus labios.
Después de haber probado la miel del desamor,
se dio cuenta que todo el encanto,
quedó en el pasado.

jueves, 10 de marzo de 2011

Amor a primera vista...

Hoy hace un año aproximadamente empecé en la universidad la carrera de comunicación social.Recuerdo muy bien que mi maestro de redacción, Don Paquito, como cariñosamente le llamábamos, nos habló sobre la vocación. Para él la vocación era la pasión que cada uno lleva por dentro. Algunos llevamos pasión por escribir, otros por las matemáticas, pero al final de cuentas esa pasión que sentimos al hacer lo que más nos gusta es la vocación. Recuerdo que él decía: "la vocación se divide en cinco etapas, primero hay que buscarla, cuando ya la hayas encontrado viene la segunda etapa: hay que aceptarla, tercero: cultivarla, cuarto: defenderla y por último realizarla." Debo reconocer que sus palabras me hicieron descubrir mi verdadera vocación. Después de esa clase, me dedique a escribir, a repasar libros sobre técnicas de redacción y a hacer manuales de ortografía. No me fue fácil, yo tenía una pesima ortografía, pero por alguna razón Don Paquito siempre me animaba a seguir. Escribia sobre cualquier cosa, sobre hojas, mi perro, mis hermanos, mi madre, hasta escribi sobre mi gran amor y eterno compañero. He aquí, en honor a Don Paquito que desde el cielo nos mira, uno de los primero escritos que presente en la universidad:

Amor a primera vista

Era una mañana soleada, hacía mucho calor y la clase de redacción estaba a punto de empezar. Yo como de costumbre iba tarde. Pasé por la papelería a comprar un borrador cuando de repente lo vi a él. Era tan lindo que no pude evitar acercarme, lo observé con vehemencia, quise encontrarle un defecto pero no pude.

Su color era único, su aroma era exquisito, confieso que fue amor a primera vista. Era perfecto para mí. Así que, fui directo a donde estaba la cajera y le pregunte cuál era el nombre de aquel hermoso ejemplar. Ella me dijo: "le dicen Master" ¡oh Master! Era un nombre original. Un poco raro, pero era lógico como él no habían dos, en el fondo era igual que yo.

Creí que podríamos llevarnos muy bien, que podíamos ser los mejores amigos, o algo más que eso, cómplices. Juntos podríamos escribir la historia de amor más hermosa del mundo, o el cuento de terror más horroroso. Juntos podríamos criticar al sol y halagar a la luna. Pasaríamos noches completas sin dormir, sería el compañero perfecto.

No sabía cómo reaccionar así que le pregunte a la cajera:
-¿cuál es el precio?
Y ella me dijo:
-"Cuarenta centavos"
-¡Me lo llevo! Respondí y, desde ese día, mi lápiz y yo hemos sido los mejores amigos del mundo.

lunes, 7 de marzo de 2011

Equilibrio

Me encuentro reflexionando acerca del equilibrio, un término que a mi parecer tiene un uso muy popular, pero a veces pocas personas realmente comprenden su significado.

Según la Real Academia Española, el equilibrio es: "Estado de un cuerpo cuando fuerzas encontradas que obran en él se compensan destruyéndose mutuamente".

Leyendo algunas opiniones filosóficas, encontré una analogía digna de reflexión. En ella se compara el equilibrio con una esfera. Geométricamente una esfera es una construcción tridimensional donde cada punto límite posee la misma distancia hacia el centro de la misma. El equilibrio se rige por un principio similar, tanto las fuerzas exteriores como interiores que influyen en la forma de la esfera se anulan a sí mismas para concretar su perfección.

¡Eso es! la esfera es perfección de formas, así como el equilibrio es la utópica perfección de muchos fenómenos que rodean nuestro diario vivir. Desde el fenómeno más sencillo como el ciclo del agua hasta la explicación del perfecto funcionamiento del universo.

El equilibrio para los seres humanos debería formularse de una forma bastante parecida. Si suponemos que para mí, para ti o para cada persona, el centro de nuestras vidas somos nosotros mismos, deberíamos trabajar para que cada punto importante de ésta se encuentre en equilibrio, es decir, velar por el mantenimiento organizado del tiempo y energía que dedicamos a aspectos importantes como la familia, el trabajo, la salud, etcétera.

Mantener la vida en equilibrio es un proceso complejo. Algo que siempre me he preguntado es ¿Qué forma utiliza cada persona para regresar a su estado natural de equilibrio? Porque en nuestra condición humana, perdemos el equilibrio de diferentes formas a lo largo de nuestra vida.

Observando a las personas, tengo conocimiento de varias de estas formas. Claro que lo que funciona para algunos, puede surtir el efecto opuesto en otros. Pero tengo claro que cada persona busca la forma particular de como mantener su vida en equilibrio y que hacer cuando este se pierde. De hecho, algunas me han llamado la atención. Una de las más comunes es el hecho de alejarse del ruido y tratar de controlar la respiración con la intención de oxigenar la misma sangre. Otras personas encuentran su equilibrio en el agua, estar rodeados de este vital elemento les permite encontrar su centro. Hay personas como yo, que nuestro refugio es la música, la cual es un saludable remedio sin importar si se tratan solo de algunos acordes de guitarra, notas interpretadas por un piano o si se trata de música a altos decibelios que permita sacar las energías innecesarias del cuerpo.
De igual forma otras personas buscan esta "ayuda" en otros métodos tal vez menos recomendables, como el alcohol y las drogas. La única diferencia es que a través de estas formas, la persona misma se obliga a mantenerse al margen del mundo, lo cual no es una verdadera forma de encontrar el equilibrio, por el contrario, es solo una forma de huir de los problemas y perder su centro.

y ustedes ¿de qué forma encuentran su equilibrio personal? les invito a reflexionar sobre este, no sea que al final solo estén alejándose de lo que en realidad es importante.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Héroe


El sol estaba por irse otra vez, la tía luna no tardaba en llegar y yo como de costumbre estaba descansando cómodamente en un árbol. De pronto un ruido extraño capto mi atención. Un animal raro al que mis hermanos llaman humano, estaba conversando muy acaloradamente con un aparato pequeño al cual he escuchado que le dicen blaka cherry. Cuando, sin mayor motivo, gotas de lluvia empezaron a salir de sus negros ojitos. Me preocupe mucho. Si seguía así, probablemente en menos de lo que canta un gallo estaríamos empapados hasta la coronia. Me acerque más para escuchar que tanto le decía al aparato y cómo podría hacer para salvar a la tierra de un buen temporal. Fue algo extraño. El humano le decía al aparato lo siguiente:
- Te amo… no me dejes… ¿Por qué te vas?… no te vayas… la ultima vez ni siquiera una llamada… no, no, ¿Por qué sos así?… No estoy loca… no me dejes.
Yo simplemente no entendía nada. ¿Cómo que el aparato se iba? ¿Para donde? ¿Por qué se iba? Y ¿por qué no le contestaba? De pronto el humano se dio cuenta que lo estaba espiando, dejó de hablarle al blaka cherry y fijo su atención en mi. Después de observarme por unos segundos, continúo hablado con el blaka cherry. Pude escuchar perfectamente cuando el humano le decía al aparato que un pájaro muy hermoso estaba frente a él. En ese momento me sentí apenado. ¿Yo hermoso? ¿Un pájaro hermoso? Luego saco otro aparato de su bolsa, me apunto con él y…un squash por allá y una luz blanca y brillante por acá me dejo ciego por unos minutos. Cuando volví a ver otra vez. En los ojitos negros del humano ya no estaba lloviendo. ¡Qué bien! Yo un torogoz, salvadoreño por nacimiento, acababa de salvar al mundo de un diluvio, soy todo un héroe.

lunes, 28 de febrero de 2011

Aún me dueles...

Caminaba a la orilla del mar, sintiendo su respiración, tratando de distraer mis pensamientos.
Dicen que el mar tiene propiedades curativas que sanan hasta los corazones tristes
Pero yo empiezo a dudar y a detestar al mentiroso que dijo eso
Porque estoy aquí y lo único que de este ingrato mar obtengo
Son tus recuerdos, nuestra historia juntos.
¿Por qué haces esto mar? ¿Qué he hecho yo para merecerlo?
No creo que sea un pecado darme cuenta que aún lo quiero
Por que sí, tienes razón… aún lo quiero, aún me duele
Quisiera tenerle aquí frente a mis ojos para decirle esto
Para decirle “aún me dueles”
Pero eso no es posible, ni siquiera cuando lo encuentre en la próxima vida
Es que me da tanta rabia conmigo misma
Porque yo alguna vez me jacté de mi autocontrol
Pero luego tú vienes y descompones mi mundo
Por que tu sonrisa de ángel escapado del cielo embriaga de alegría mi corazón
Por que tus palabras dulces deleitan cada uno de mis días
Por que tu sola existencia se vuelve importante para la mía
Y te detesto por eso, te detesto con todas mis fuerzas
Y prometo pelear con todas esas fuerzas para que las cosas sigan igual
Tal y como siempre han debido estar, en el orden correcto en este universo
Demonios… ¿por qué no puedo controlar las lágrimas?
¿Qué hiciste con mi corazón?
¿Por qué vuelves tan difícil que cumpla con la promesa que un día te hice?
Explícame ¿Cómo voy a estar siempre para ti?
Si por dentro me muero por ti
Ya se que una promesa así no se rompe
Y te lo juro, ni quiero ni podría romperla
Pero, pero… maldición aquí están otra vez las lágrimas
Lágrimas tristes que nublan todo, que no me permiten ser objetiva con nada
Estoy volviendo a odiarte y no trataré de impedirlo
Por que seguramente si no te odio
Quizás hasta termine amándote.

sábado, 26 de febrero de 2011

El reflejo

-¿Quién es ella? Tiene el pelo sucio de tanto revolcarse en el lodo de sus culpas. Sus ojos se quedaron perdidos en el desierto de sus mentiras. Y esa boca, que se partió por las espinas que sus palabras no pudieron esconder. ¿De dónde vino? El infierno está muy lejos y el cielo no creo que admitiera una criatura así. ¿Has visto su cuerpo? Esta cubierta de veneno de pies a cabeza. La tristeza la consume poco a poco. ¿Te diste cuenta que su vos es hipocresía de la pura? Es una escoria, un desecho, un cagafierro.
-¿No crees que estas siendo muy dura con ella? Aún no sabemos de quien se trata.
- Me basta solo con verla. Es una arribista. No es de este planeta, es un despojo que ni los dioses ni los demonios admiten en sus feudos.
- Me da lástima.
- No tienes por qué tenerle lástima. Todo lo que es y lo que ha sido se lo merece, por creer que pertenece a este lugar. A leguas se nota que viene de Marte. Su repugnante cara no es de este mundo.
- ¿Conoces ese lugar?
-No nunca he ido en persona, pero he leído que es un desierto en el que la vida es escasa. Una salvaje como esa, tiene que venir de un lugar así. Ahora mismo le diré que se vaya de aquí, antes que invoquemos a los Dioses para que acaben por completo con ella.
-Espera, espérame.
-Oye despojo de Marte, tienes que irte de aquí en este instante. No eres bienvenida en este lugar.
-Parece que no habla nuestro idioma amiga.
- ¿Qué no me has escuchado? Di algo. No has escuchado que no quiero tu asquerosa cara frente a mí. Vete.
-¿Por qué eres tan dura contigo?
-¿Qué sabes tú de mi?
-Más de lo que te imaginas
-Rata insolente, no entiendes que tu sola presencia me da nauseas. Tus ojos de gata tramposa me dan desconfianza y tu voz hipócrita me quita la calma.
-Oye, no es mi culpa. Si tanto te molesta verme, sólo tienes que romper el espejo que está frente a ti.

viernes, 25 de febrero de 2011

El limbo


La soledad casi reina en este lugar. El vacio se está volviendo costumbre. Las pocas personas que no han podido escapar deambulan por los alrededores con caras de amargura y sufrimiento. El silencio es su refugio y sus gestos su escape. Esta haciendo mucho calor y el agua, cual instrumento de tortura, apenas llega en gotas de rocío. No hay dueño aquí, ni rey ni monarca, ni patrón ni esclavo, gozamos de una perversa y aburrida igualdad. No hay muertos ni vivos, sólo medios vivos o medios muertos, aún no se cual es la diferencia ¿Pero qué clase de juego absurdo es este? ¿Qué mente maquiavélica ha inventado tal mundo obsoleto? ¿Cómo es que llegue a este lugar? Apenas ayer me encontraba en una cena de negocios junto a mi querida esposa y ahora estoy aquí ¿Cómo pudo pasar esto?
-Hombre de valores volubles ¿cómo osas destruir mi concentración con tus alaridos? ¿Qué acaso no te conformas con saber que esto es tu nuevo destino? ¿A caso no era esto lo que deseabas? Paz mundial, igualdad, una vida sin conflictos. Por lo menos eso era lo que profesabas en cada uno de tus discursos.
- Sólo quiero saber ¿Cómo fue que llegué aquí?
- Lo único que tienes que saber es que, si estás aquí, es por culpa de tus palabras.
- ¿Mis palabras? ¿Cómo es posible que mis palabras tengan tanto poder? Sólo fueron palabras, en realidad no significan nada para mí.
-Eso no importa, tú las pronunciaste, de tu boca salieron y no puedes hacer nada al respecto. A nadie le interesa saber si lo que dices es lo que crees o lo que quieres. Lo que importa es que lo dijiste, y por eso es que estas aquí ¿Te quedó claro?
- Pero no quería…
-¿No querías qué? Debiste pensar dos veces antes de prometer algo que no querías cumplir. Ahora no te quejes y déjame disfrutar de mi propia miseria.
-No… Aún no me has dicho que lugar es este ¿cómo llegue aquí? ¿Acaso estoy muerto? Y si estoy muerto ¿esto es el infierno? ¿Pero si esto es el infierno por que casi no hay nadie?
-Que fastidio contigo. Confórmate con saber que aún no has muerto.
Un portal con una luz brillante se abrió frente a la mujer desconocida. Ella con un rostro de satisfacción dijo:
- Al fin, se ha decidido mi camino.
-¿De qué camino hablas? ¿Qué está pasando? ¿A dónde vas? Por lo menos dime ¿Cuál es tu nombre?
- Gracias por tu misericordia, Dios.
Ella empezó a caminar hacía el portal, como si no pudiera escucharme. Volví a gritarle.
-No me has dicho tu nombre.
-Gracia Luna.
No lo podía creer, era la hija de chungo Luna, un amigo de la infancia que me pidió ayuda con su hija que estaba en coma. Yo le dije que estaba muy ocupado con los asuntos de la nación como para ocuparme también de sus asuntos. ¿Pero qué clase de broma es está? ¿Es acaso un acto de venganza? Fue lo primero que pensé, hasta que caí en cuenta que tal vez era un sueño. Una terrible pesadilla producto de mi conciencia atormentada por no haber ayudado a mi amigo, pero no, esto definitivamente era real. De pronto el portal volvió a aparecer. Está vez venía por mí. Por más que quise resistirme, una luz muy brillante me hipnotizó y no pude evitar seguirla.
Entré y había tres caminos, uno rojo, un negro y un blanco. De pronto, mi hijo apreció en el camino rojo, con sus brazos extendidos me llamaba hacía él. Cuando estaba a punto de alcanzarlo, mi esposa apareció en el camino blanco. Entonces un impulso me hizo ir hacía ella, estaba a punto de tomar su mano cuando mi madre apareció en el camino negro.
Me encontraba en una encrucijada. No sabía hacía donde ir ¿Qué camino tomar? ¿Cuál sería el correcto? Después de mi decisión no habría vuelta atrás. Era un hecho que no podía dejarlo a la suerte ni a lo que decía mi corazón. Tenía que usar mi racionalidad para poder tomar la mejor decisión. Pensé, si iba con mamá ella me protegería, era mi madre, todo estaría bien. Pero cuando todo esto ocurrió, estaba con María, mi esposa, si tomaba su mano volveríamos a estar juntos. Pero en el otro camino estaba mi hijo Carlos, tenía que protegerlo, él me necesitaba más que mamá y María. Así que fui hacía mi hijo, este me abrazó tan fuerte que me desvanecí en sus brazos.
Cuando desperté, estaba en la sala de cuidados intensivos de un hospital. Un hombre vestido con un esmoquin, muy parecido a mí, estaba a mi lado. Era Carlos, mi querido hijo. Había pasado tanto tiempo dormido en estado de coma, que mi hijo ya se había convertido en todo un hombre. Le pregunte a Carlos que había pasado con María, su madre. Parece ser que tuvimos un fatal accidente, que me tuvo en coma por 10 años y María, mi querido amor, había muerto. Cuando Carlos me conto lo sucedido, no pude evitar llorar como un niño. Después de unos minutos, recordé a mi madre y le pregunte a Carlos por ella. Él me dijo que había muerto de un ataque al corazón hacía dos años. Luego, dentro de mí sentí la necesidad de preguntar por Gracia, la hija de mi querido amigo. Carlos con una sonrisa picaresca me respondió:
-¿Gracia Luna?
-Sí ¿qué pasó con ella?
-En pocas horas, esa mujer maravillosa se convertirá en mi esposa.
Al escuchar las palabras de mi hijo, sentí que había perdido la mitad de mi vida deambulando en el silencio de aquel lugar. De pronto un oficial apreció en mi cuarto y me dijo:
-Lo siento señor, pero usted tienen una deuda pendiente con la justicia.
-¿Cómo es eso? ¿De qué me habla usted?
Mi hijo me dijo:
-Papá ¿Te acuerdas del negocio que firmaste antes del accidente? No te juzgo padre, ya otros se encargaron de hacerlo.
-¿Qué? Pero yo he cambiado, ya no soy el mismo.
- Eso no nos importa, señor. Usted cometió un delito y tiene que pagar por ello. Fueron las palabras del oficial. Jamás las olvidare, me hicieron reflexionar que aunque haya cambiado, no puedo borrar el pasado.
Mentí, Robé y traicioné la confianza que mi pueblo depósito en mí cuando me eligieron. Priorice mis intereses personales. Ahora lo entiendo, estuvo mal. Me arrepiento, pero por alguna razón a nadie le importa.
Mi hijo me explicó que la mitad de mí condena los había pasado en coma, así que el resto lo tendría que pasar en prisión. Después de todo lo que me había pasado, no sé que es peor, si estar en una prisión de concreto o en la prisión de mi alma.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Tango

Una noche, durante mi viaje a la hermosa Buenos Aires, mi ciudad de ensueño, caminaba junto a un caballero porteño a quién conocía recientemente, apreciando las bellezas escondidas que solo esta ciudad posee en el mundo, disfrutando de una hermosa luna y una bóveda totalmente llena de estrellas.

Él había prometido cumplir uno de mis mayores sueños, enseñarme a bailar tango. Por supuesto, yo no habría podido resistirme en forma alguna ante semejante tentación, y es que desde la primera vez que vi a una pareja bailarlo, me había enamorado de aquella melodía, de ese ritmo y su compás.

Caminamos desde el hotel donde yo me hospedaba en la vecindad de Riachuelo hasta el lugar, que se encontraba a unas cuadras de distancia. Tomé su brazo, él sonrió y enfilamos directamente a dónde el había prometido una noche inolvidable.
Atravesar aquellas empedradas calles, limpias ya del trajín cotidiano y mientras un tímido olor a café se filtraba en el aire; yo me moría de curiosidad por saber lo que me esperaba. Apenas unos metros más adelante, en una esquina, se encontraba nuestro destino, un hermoso café-bar llamado Caminito que combinaba un exquisito aire colonial en contraste con acertadas modificaciones propias de nuestra época .

Al entrar, mis sentidos quedaron maravillados con aquel descubrimiento. Luces tenues, un par de mesas para dos y una pista de baile amplia no fue lo único que me impresionó. De aquí provenía el aroma a café, en combinación con una delicada fragancia a rosas, por cierto, me obsequiaron una preciosa rosa roja con la que adorné el moño que me había hecho esa noche. Me quité el abrigo que cubría mi vestido azul intenso y entramos.

Nos sentamos en una mesa algo alejada de la pista, manteles blancos y sillas de terciopelo rojo. Y cuando creí que las sorpresas habían terminado, me encontré degustando un fino vino tinto y escuchando La Cumparsita, del recordado Gardel.
-¿Estás preparada? –preguntó él galantemente.
-El tango ya empieza a filtrarse por todo mi cuerpo, si estoy preparada.
-Ven conmigo –dijo mientras me indicaba por dónde ir.

Caminamos agarrados de la mano hasta la pista donde solo habría dos o tres parejas más, ocupados cada quién en lo suyo. Él me empujó suavemente sin soltarme, dando una vuelta, para luego acercarme a él.
-El tango es un ritmo especial, capaz de hacerte sentir aún si nunca lo has bailado. El tango no se aprende, se siente en el corazón, todo es cuestión de que te relajes y dejes que la música sea la que guíe el próximo movimiento que harás.
-Voy a intentarlo… –dije nerviosa
-No pienses en nada, el instinto te hará comprender que el baile hace que los cuerpos que integran la pareja, se vuelvan uno solo…

Dicho esto, puse mi mano en su hombro, y él dejo que la suya llegara hasta mi cintura, un suspiro y, la melodía fue la que dictó nuestros pasos, las sonrisas y las miradas de complicidad. Luego el ritmo bajó y nos dejó que nos acercáramos aún más. Podía sentir la energía que procedía de su ser, su respiración acalorada y su aliento a menta.

En un instante la melodía volvió a acelerarse, obligándonos a separarnos como dos imanes que se repelen entre sí, un par de vueltas y levantamientos de piernas; definitivamente un derroche de energía. Al final, la melodía terminó en seco y quedamos en un apasionado momento de novela, con sus labios apenas… a centímetros de los míos.

En ese momento comprendí el significado de dejar fluir los instintos, dejé que mis labios se aproximaran un poco más y pude volver a sentir el aliento a menta… la siguiente canción nos hizo reaccionar, y alejarnos el uno del otro casi con violencia; era un ritmo más contemporáneo, de Gotan Project, creo.

Con más furor que nunca recorrimos la pista, que justamente había quedado libre solo para nosotros dos. El contacto con aquel guapo caballero, lograba estremecer hasta mi alma, jamás había sentido aquella sensación de fuego que provenía del interior de ambos.

Un par de melodías después, estábamos agotados, pero exultantes y es que no importa si se trata del más viejo y conocido de los tangos, o si se trata de una particular mezcla de tango y otros ritmos electrónicos, el efecto narcótico es el mismo… el tango corre por la sangre haciéndote olvidar el mundo completo, pero al mismo tiempo te permite una confianza inexplicable con quién bailas.

Salíamos ya, apenas faltaban unas horas para el amanecer… La magia de este rincón, la magia de La Boca, había hecho de ésta, la noche más especial que jamás pudiera esperar. Caminamos un par de pasos cuándo…
-Un momento, esta canción si la conozco –dije con sorpresa –se llama Época.
-No acomodes tu abrigo –pidió él, me lo quitó y lo puso en una banca cercana.


Sin darme cuenta, me encontré bailando otra vez, pero ahora como en las películas, en la calle empedrada, con el mundo girando alrededor sin importar nada. Pero esta vez ambos dejamos nuestros instintos fluir… dejo eso a vuestra imaginación.

lunes, 21 de febrero de 2011

Carta a mi primer amor


Otra vez estoy pensando en ti,

queriendo ser el viento para acariciar tu cara,

deseando ser el sol para que no puedas evitar verme.



Mucho tiempo ha pasado y tú aún no me descubres.

He teñido mi corazón con ternura y aún así,

tus ojos no divisan mi alma.

Tengo cayos en mis pensamientos de tanto andar,

sólo por alcanzar tus sueños,

por ser la única persona en la gastes tu corazón.



Me estoy acostumbrando a tu ausencia,

a sentir con mi razón, ignorando lo que todo mi ser me exige.

Por más intentos que hago

no consigo acabar con esta agonía,

de tenerte siempre presente en mis utopías.



Te extraño,

te pienso en mi silencio

y en mi soledad te añoro.

Te siento en las lágrimas que consuelan mi dolor,

y en la distancia me dueles.

Ya no quiero amarte

Tampoco quiero odiarte por no amarme.

Así que desde este preciso instante,

Me despido de tu recuerdo con este poema,

Si algún día lo lees sabrás que te ame con locura,

Pero que mi cordura fue más fuerte que lo que sentí por ti.

jueves, 17 de febrero de 2011

Retornando a mi mundo


Recién retorno de un infierno absurdo
y lo primero que se me ocurre es llamarte a ti.
Después de andar por senderos llenos de piltrafas,
y desafiar a Zeus en su casa
lo único que se me ocurre es buscarte a ti.
¿Acaso no me conformo con el averno del que vengo?
¿No fue suficiente sucumbir a lo más bajo que puede llegar un ser humano,
sólo por merecer tu amor?
Para que ahora no te importe mi suplicio, y el estertor
que me causa verte feliz al lado de esa mustia con piel de oveja.
Si la hipocresía se compra, dime ¿dónde la consigo?
Dónde consigo un veneno lo suficientemente eficaz
que corone la misión que dejaste pendiente
cuando tus labios rozaron los mios
y tus ojos me descobijaron el alma.
Aún así, no puedo dejar de alucinarte,
de buscarte cada noche en mis sueños.
Tanto me importas, que mi orgullo no vale nada
y estoy aquí otra vez detestándote por no amarme.

Presentación y Bienvenida

Estimados lectores:
Esta tarde, tengo el gusto de presentar al a mi nueva colaboradora... Poeta y gran amiga mía, "Tita Serrano". Espero que sus publicaciones sean de agrado de todos uds.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Blanco y Negro (archivo correspondiente a 15-11-06 22:02)

No era cualquier noche de Noviembre, era noche de fiesta,
¿que celebraban? No estaba segura de recordarlo,
simplemente había asistido por compromiso.


Se encontraba a la orilla de la pista de baile aunque lejos de la piscina.
Junto a ella se encontraba una conocida de años atrás
¿amiga? Puede ser, no hay razón para sugerir lo contrario.


Ella conversaba con alguien a quién no podía reconocer y que seguramente nunca le habían presentado.
Prefirió no molestar y continuó alli sin hacer nada.


Vestía de color negro, una camisa satinada con detalles de aberturas en lo largo de las mangas, una falda corta un poco mas arriba de la rodilla y sandalias de tacón de muchas tiritas.


Estaba dístraida pensando en trivialidades absurdas
cuando tuvo la sensación de que el tiempo caminaba con excesiva lentitud.
Sintió que la tomaban por la cintura y se dio vuelta para ver de quien se trataba.


Vio la cara de su mejor amigo,
vestía con un traje de gala completamente negro.
En su rostro vio una gran sonrisa pero algunas lágrimas parecían estar a punto de brotar.
Durante mucho tiempo creyó haber sentido algo más que simple cariño por este niño,
pero al ver que no era correspondida dejó esos sentimientos en un olvidado lugar de su corazón.


En esos momentos sintió ternura por él y con una voz protectora le preguntó:
-¿Que te sucede?
-Hay algo que quiero decirte en esta hermosa noche de luna llena,
algo que te debí decir hace tiempo -dijo mientras una lágrima recorría su mejilla.
-¿Que es? -preguntó mientras le secaba la lágrima con su dedo
-Quiero pedirte que vengas conmigo por favor
-¿A dónde vamos? -preguntó mientras caminaban hacia el auto de él
-Quiero que me acompañes pero no me preguntes a dónde


Entonces observó como su traje y el de él se teñían  de un blanco purísimo,
el sujetaba sus manos y repetía:
-¿Me acompañas o no?
-Lo siento mucho pero no puedo,
ni siquiera me haz dicho lo que me ibas a contar
-¿Estas segura de tu desición?
-Completamente
-Respeto tu desición, entonces te lo diré aquí,
te quiero como a nadie en el mundo,
debí decirtelo pero tuve miedo de tu respuesta
por que no me imaginaba el mundo sin ti.


Antes de que ella respondiese la acercó a él por la cintura
y le dió un beso en los labios con la mayor ternura y cariño que ambos pudieran sentir.
Luego subió a su auto y se perdió en la oscuridad de la noche
vio a su reloj y notó q marcaba las doce en punto


Se despertó de súbito asustada y llorando,
vio la fotografía donde aparecían ellos dos unos días antes.
Al levantarla encontró una nota que decía:
"Respeto tu desición, te amaré por siempre, hasta pronto"
y vió a su hermana que entraba en la habitación llorando
le explicó que él había perdido la vida en un accidente automóvilistico la noche anterior poco antes de media noche.
-Lo siento mucho hermana, se cuanto lo querías
-El vino anoche y se despidió diciendome que me amaba,
aún despúes que me negué a acompañarlo...
él se despidió de mí -repitió mientras abrazaba a su hermana llorando