sábado, 15 de octubre de 2011

Valores escritos en oro

El pasado miércoles se inició sobre el territorio salvadoreño una intensa actividad lluviosa que esta afectando seriamente a cientos de mis hermanos en todo sentido, pérdida de viviendas, cultivos con los que logran sus ingresos y con los que subsisten sus familias, pérdida de ganado y de mascotas; y otras cosas no tangibles pero tan importantes como la fe, la esperanza y la paz en sus almas.


Como muchos jóvenes, yo también soy fanática de las comunicaciones a través de las redes sociales, especialmente de Twitter, red que como muchos de nosotros, utilizo como psicólogo, psicoanalista, diario personal y hasta canal de desahogo cuando siento literalmente "que la mente me va a estallar". Desde mi punto de vista eso esta bien siempre y cuando no lastime las creencias de otros y por lo tanto tampoco los valores que cada uno ha decidido tallar en oro de 36 kilates.


El día de ayer encontré en esta red social un comentario bastante ofensivo y con el sello de cobardía e ignorancia por todas partes que hacía mención a la situación de emergencia que les comentaba al inicio. Por supuesto que no lo voy a copiar aquí, porque no se trata de iniciar una discusión de opiniones ni criticar a la persona que lo hizo, al fin y al cabo para eso esta el mal utilizado término de la libertad de expresión y me parece más útil un comentario con fines constructivos para mis conocidos en general que uno destructivo para él o ella. 


Precisamente en Twitter tuve la ¿suerte? de encontrar un comentario constructivo que tomaré prestado para esta composición: "Mira hacia atrás y sé agradecido, mira hacia adelante y ten esperanza, mirar alrededor y sé útil."


El país esta en medio de una crisis enorme como para que nos quedemos con los brazos cruzados frente al televisor y diciendo que lamentamos la suerte de las personas afectadas. Yo soy voluntaria de una fundación sin fines de lucro, pero si a ustedes no les llama la atención eso, pueden trabajar en conjunto con muchas empresas privadas que también han decidido ayudar, es en momentos difíciles donde sale a relucir la calidad de personas que en realidad somos, no lo que decimos ser.


A las personas que solo se limitan a criticar en lugar de ayudar les dedico esa frase. Miren atrás y vean la cantidad de bendiciones que han recibido... pues seguramente si han podido twittear esas frases sin destinatario (lo cual hace más grande el acto de cobardía), es porque tienen una casa donde resguardarse, un plato de comida del que alimentarse, dinero como para pagar la energía eléctrica para utilizar el aparato a través del cual se comunican y una cama donde reposar durante las noches. Miren hacia adelante y tengan esperanza de que las cosas para ustedes y para los demás pueden ser mejores, todo es cuestión de trabajar por las oportunidades y sueños que cada uno posee. Y por último mira a tu alrededor y ten el valor de empezar a ser útil con tu vida.


Por último pido respeto por esos valores escritos en oro, porque son esas personas quienes tienen la voluntad  de hacer algo cuando las cosas van mal, la convicción de hacer las cosas sin esperar nada a cambio más que la satisfacción de poder utilizar como creen correcto los recursos con los que pueden colaborar: sea dinero, víveres, alimentos, tiempo, disposición al trabajo en equipo, etcétera.


Todos somos salvadoreños, queramos o no lo llevamos escrito en la sangre. Y como la sangre llama a la sangre, es nuestro deber ayudar de cualquier forma a nuestros hermanos, porque en este pequeño pulgarcito vivimos 6 millones de hermanos, ¡que se sienta! Buenos días a todos y bendiciones.

2 comentarios:

  1. Rossy, me encanta que vos como los demás voluntarios que llevamos el servicio en el corazón, estamos haciendo todo lo posible por hacer un cambio positivo y concreto en el país. Te animo a no bajar las manos, sigamos hasta donde podamos, que en la unión y la esperanza está la respuesta.

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  2. Hija mía: La felicito por su nobleza y por seguir los pasos de sus bisabuelo, abuelo y mi ejemplo. Realmente ayudar a otros no se lleva en la sangre como pareciera. El espíritu de ayuda lo llevamos en el alma.

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