jueves, 17 de febrero de 2011

Retornando a mi mundo


Recién retorno de un infierno absurdo
y lo primero que se me ocurre es llamarte a ti.
Después de andar por senderos llenos de piltrafas,
y desafiar a Zeus en su casa
lo único que se me ocurre es buscarte a ti.
¿Acaso no me conformo con el averno del que vengo?
¿No fue suficiente sucumbir a lo más bajo que puede llegar un ser humano,
sólo por merecer tu amor?
Para que ahora no te importe mi suplicio, y el estertor
que me causa verte feliz al lado de esa mustia con piel de oveja.
Si la hipocresía se compra, dime ¿dónde la consigo?
Dónde consigo un veneno lo suficientemente eficaz
que corone la misión que dejaste pendiente
cuando tus labios rozaron los mios
y tus ojos me descobijaron el alma.
Aún así, no puedo dejar de alucinarte,
de buscarte cada noche en mis sueños.
Tanto me importas, que mi orgullo no vale nada
y estoy aquí otra vez detestándote por no amarme.

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