martes, 15 de febrero de 2011

Gotitas de vida

Qué extraño... no se como empezar...
He de comentarles que esta mañana, sostuve un interesante debate sobre un tema polémico en una de mis clases... en la conversación intervenían tres de mis amigos y compañeros de clase, nuestra respetable catedrática y yo. La clase discurría en torno al trillado tema de los valores morales de los seres humanos y otras cosas más.


Se opinaba de que los valores son relativos en toda la extensión de la palabra, además de cambiantes y acomodables a las situaciones complicadas, así como el otro extremo también.A veces mantener una postura tan extrema resulta cuando no imposible, al menos bastante difícil, pues se requiere de mucho temple para no volver discusión el tema. En cuanto a esto, estoy un poco en desacuerdo con la opinión de la relatividad, pues a mi parecer por eso el mundo esta como esta... y es que si todos utilizamos esta "flexibilidad" el mundo sería realmente cómodo...¿no?

Del tema de los valores la conversación derivó al poco agradable tema del aborto. Este es un tema bastante difícil por que a lo mejor hay "mucha tela que cortar" y tantas opiniones por expresar. Conversábamos de lo que podría suceder si se concebía un hijo producto de una violación. Y como era de esperarse surgieron toda clase de opiniones.Desde las más conservadoras, hasta las más "liberales", por supuesto pasando por los puntos medios.

Yo no soy quién para juzgar a las mujeres que han pasado por ese proceso y los motivos que las llevaron a tan fatal decisión, pero soy categórica al opinar que absolutamente nadie, después de Dios, tiene el "derecho" de decidir por la vida de otra persona, bajo ninguna circunstancia. La licenciada me cuestionó que si esa opinión la daba desde el punto de vista religioso o del punto de vista científico... en el momento le dije que desde el punto de vista científico, por que no soy suelo ser muy comunicativa en cuanto a mis pequeñas experiencias de vida.

Pero quizás ella no se quedó tranquila con mi respuesta, ya que continuó con la cátedra de la flexibilidad de los valores. Al final de la clase, (normalmente soy de las últimas personas en abandonar un salón si no me corre prisa por llegar a otro lugar) se dirigió a mí para asegurarse de que sus argumentos me hubiesen convencido. Quienes me conocen casi pueden predecir lo que pasó a continuación... Cuándo estoy plenamente convencida de algo y tengo argumentos para defender mi punto de vista, es realmente difícil moverme de ese lugar, que se necesitan "mejores" argumentos o una pasión más fuerte que la mía.

Pero hay algo en que pues, sí... tengo que dar la razón. No es lo mismo argumentar cuando el problema se ve desde fuera, que cuando se vive en carne propia. ¡Es cierto! y no quisiera saber que se siente, pero algo que sí creo es que se necesita ser mucha mujer y tener los pantalones bien puestos para llevar una nueva vida bajo una responsabilidad mucho mayor que en las "condiciones ideales" y me enorgullezco de aquellas madres que a pesar de "tropiezos" y circunstancias difíciles, han sido capaces de tomar las riendas de su vida.Sinceramente, mis respetos.

1 comentario:

  1. En primer lugar, muy buenas observaciones. En segundo, definitivamente lo del carácter firme no se te quita...

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